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La Navidad: mil culturas, un relato

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La Navidad: mil culturas, un relato

Se acerca diciembre con su algarabía y sus diversas celebraciones en el universo cristiano. Baja “Papá Noel” por la chimenea o en su defecto nace el niño Dios. Niñas y niños reciben regalos. Se erigen árboles verdes en los hogares y se adornan con lucecillas, cascabeles, esferas de colores y muñecos. Las puertas lucen coronas y guirnaldas. Cenefas, velas y flores inundan las casas. El comercio se dispara. Se come y se bebe por cantidades: galletas, panes, natilla, buñuelo, vino, chocolate… En algunos países latinoamericanos cantamos la novena. Armamos el pesebre. Y en todo pesebre aparecen los famosos tres reyes magos.

Esos personajes que junto con Jesús, María y todos sus amigos, se entremezclan entre el mito y la realidad histórica y que representan el nexo con “Oriente”. Y es precisamente su carácter vinculante, su realidad dual, su identidad “oriental” la razón por la que son mis personajes navideños favoritos (naturalmente, después del Niño Dios).

Verá, llevamos ya muchos siglos construyendo la idea de que “Oriente” y “Occidente” son identidades antagónicas, tan radicalmente opuestas, que no pueden entablar una relación amable entre sí. Basta con leer el libro de Samuel P. Huntington “El Choque de civilizaciones”, o con echar una repasada a la historia de las cruzadas o a la historia de las guerras médicas… Parecería que el conflicto no sólo es arcaico… También es inevitable.

Habría que leer a Edward Said para reflexionar sobre estas ideas tan fijas con las que leemos el mundo y cuyas implicaciones políticas suelen ser dramáticas… Pero a falta de Said, tenemos la historia de los reyes magos, esos embajadores de “Oriente” que con alegría y esperanza visitaron a aquel niño que se convertiría en el símbolo más importante del Occidente Cristiano. A continuación le cuento su historia.

Las primeras representaciones de los reyes magos se encuentran en sarcófagos paleocristianos, es decir, sarcófagos de los primeros años del cristianismo en el Imperio Romano, donde aparecen representados con gorro frigio y camellos: elementos representativos de la antigua Persia. 

Sarcófago exhibido en el Museo del Vaticano. c.a S. IV d.C

A esto se suma que, como explica la historiadora Eva Tobalina, la palabra “mago” guarda relación con la palabra “magi”, el nombre de los sacerdotes zoroastrianos del antiguo imperio Persa. E incluso en representaciones posteriores, seguimos encontrando los mismos rasgos identitarios, como es el caso de la imagen de los reyes magos en la Iglesia de San Apolinar de Ravena:

Adoración de los Magos s. V, Ravena, Italia

Así las cosas, todo apunta a que los reyes magos eran persas. O al menos así se buscaba representarlos. De hecho, la aparición del primer rey negro en la tradición pictórica europea sólo tendrá lugar hasta el Siglo XV, época que coincide con el surgimiento del comercio de esclavos y en la que los reyes magos se conviertieron en el símbolo de los continentes a los que el cristianismo había llegado. 

Pero no es un hecho menor que durante siglos los reyes magos hayan sido la representación por excelencia de “Oriente”. Símbolos de paz, diálogo e intercambio, que se remontan a épocas menos hostiles, en las que se reconocía la importancia de aprender de la diferencia, y en las que no se habían consolidado identidades antagónicas. Épocas en las que el cristianismo como unidad política aún no se había terminado de consolidar y en las que existían diversas expresiones de una misma fe, que tomaban elementos de las múltiples creencias y formas de vida de un vasto territorio en el que no existían las fronteras estatales.

En vísperas de Navidad, vale la pena recordar aquellos primeros siglos del cristianismo en los que la obsesión no era construir muros y hacer enemigos. Siglos en los que el cristianismo se nutrió de toda la riqueza cultural de la región en la que se fue consolidando. En vísperas de Navidad es importante recordar que la Navidad no sólo es una tradición “occidental”. Es una historia que nos habla del encuentro entre culturas, de la diversidad de creencias y formas de vida que hacen parte de este mundo “occidental” en el que habitamos.

Bibliografía

  1. “Orientalismo”. Edward Said, Barcelona: Debolsillo, 2008. Disponible en: https://hemerotecaroja.files.wordpress.com/2013/06/said-e-w-orientalismo-1978-ed-random-house-mondadori-2002.pdf
  2. “Reyes Magos de Orientales a Multiculturales”. Mara Fragozo, enero de 2015. Blog de la historiadora, disponible en: http://historiadorabusca.blogspot.com/2015/01/reyes-magos-de-orientales.html
  3. “Irán: historia y cultura de un país fascinante. De la Persia Aqueménida a la Sasánida”. Eva Tobalina, Raíces de Europa. Curso online, disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=nwVS3JWMAU8
  4. “El Choque de civilizaciones”. Samuel P. Huntington, España: Ediciones Paidos.

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