Por Sergio Alejandro Gómez
El ajedrez es mucho más que un juego de mesa. Pensado inicialmente como entrenamiento estratégico y militar, ha evolucionado hasta convertirse en un lenguaje universal. Y aunque no distingue entre culturas, edades, razas o nacionalidades, históricamente las mujeres han enfrentado grandes barreras para practicarlo.
En el ámbito profesional, campeones mundiales han replicado comportamientos machistas. Bobby Fisher, por ejemplo, en el preámbulo del enfrentamiento contra Boris Spaski de Belgrado en 1992, afirmó que “la inferioridad de la mujer en el ajedrez es innata”.
Así mismo, al otro lado de la cortina de hierro, el excampeón mundial soviético Gary Kasparov, conocido también como el “ogro de Bakú” (1985-1993), alardeaba su capacidad de vencer a cualquier mujer con un caballo de menos. Además, continuamente mostrando su aparente imbatibilidad, describió a Judith Polgár, la mejor jugadora de todos los tiempos, con estas palabras: “tiene un fantástico talento, pero, después de todo, es una mujer”.
En la batalla en la que dos bandos se enfrentan por capturar al rey, el buen cálculo, la anticipación, la resistencia física y mental, la capacidad intelectual, la concentración y “el talento” son características claves. Mas si estas son capacidades que comparte la humanidad entera, ¿por qué hay menos campeonas? La explicación, como suele suceder, es histórica.
Desde el siglo XVI se realizan campeonatos en los que sólo podían participar hombres, y sólo hasta 1884 las mujeres pudieron montarse al bus. 70 años después, en 1927, se inauguró el primer campeonato mundial femenino, en el que ganó Vera Menchik.
Desde entonces, ninguna mujer ha llegado a disputar finales en el campeonato mundial de ajedrez, ni ha figurado consecutivamente en el top 10, a excepción de la húngara Judith Polgár, quien logró clasificar en enero de 1996. Sin embargo, tras un siglo de historia de ajedrecistas femeninas, el juego sigue atravesado por percepciones machistas.
Y esta circunstancia ha hecho mella. Un estudio realizado por la profesora de la Universidad de Bath, María Cubel, demostró que las probabilidades de éxito de las mujeres en una partida disminuyen cuando saben que están jugando contra oponentes masculinos. Tanto así, que cuando un hombre y una mujer con las mismas habilidades o puntaje ELO se enfrentan, la mujer sólo tiene una probabilidad de ganar del 46%. En cambio, como pasa en torneos y partidas relámpagos y virtuales en que no se conoce el sexo e identidad del contrincante, los porcentajes se igualan en un 50% entre géneros. Estas brechas se han reducido por el rendimiento de campeonas mundiales de ajedrez rápido como la ucraniana Anna Muzychuk y la rusa Alexandra Kosteniuk, reina de esta modalidad en 2021.
En un juego en el que por cada 14 practicantes hombres hay una jugadora, la presión y estigmatización es avasalladora. Es así como en el ajedrez tiene cabida la teoría del “stereotype threat”: cuando un colectivo sufre un estereotipo negativo, la ansiedad experimentada para evitarlo o simplemente el hecho de saber que existe ese estereotipo, reduce las capacidades intelectuales y aumenta las posibilidades de revalidarlo.
Pese a estas barreras, la historia de las mujeres en el ajedrez ha tenido varios capítulos dorados protagonizados por jugadoras excepcionales. El caso más conocido es el de las hermanas Polgár: Susan, Sofía y Judith. Susan Polgár (1996-1999) fue “Gran Maestra Internacional” (GM) a los 23 años y ganadora del título mundial femenino en 1996. Pólgar y sus hermanas menores se oponían a jugar torneos exclusivamente femeninos, pero por presiones políticas tuvieron que competir en representación de Hungría. Sin embargo, en 1985, Susan se negó, por lo que la Federación Húngara de Ajedrez no le permitió participar en el Campeonato Mundial Absoluto de Ajedrez, al que había clasificado meses antes.
Por su parte, Judith Polgár le ha ganado a la mayoría de los campeones mundiales de finales del siglo XX e inicios del siglo XXI. Su renombrado éxito contra Kasparov en el 2002, se suma a la derrota del soviético Anatoli Kárpov, Boris Spassky, y al actual campeón del mundo Magnus Carlsen. Al igual que a sus dos hermanas, el entonces gobierno soviético de Hungría la obligó a participar en la Olimpiada de Ajedrez de 1988 en Salónica (Grecia). Allí fue la vencedora absoluta con 12 triunfos y un solo empate.
Tal como las hermanas Polgár, otras campeonas mundiales como Vera Menchik (1927-1941) o la georgiana Maia Chiburdanidze (1962-1978) se rehusaron a jugar en campeonatos segregados. En el caso de Menchik, en 1929 participó en un campeonato de ajedrez masculino celebrado en Alemania. Albert Becker, uno de los principales opositores de la participación femenina, quiso crear un club deshonroso de todos los jugadores que perdieran contra ella. Horas después,el mismo Becker fue el primer derrotado por la ajedrecista.
En la actualidad, la destacada jugadora ucraniana de ajedrez rápido, Anna Muzychuk, es una poderosa activista que lucha por la igualdad en este deporte. En el episodio más recordado, prefirió perder sus dos títulos consecutivos de Campeona del Mundo de Ajedrez Rápido y Relámpago negándose a jugar un campeonato en Arabia Saudita en el 2017. En el comunicado que publicó en Facebook, argumentó que no quería ser tratada como una “criatura de segunda” y denunció el trato denigrante hacia las ajedrecistas en Arabia Saudita y las reglas discriminatorias del torneo, como la exigencia a las competidoras de vestir el hiyab, y la obligatoriedad del acompañamiento masculino.
Estos hechos se suman a la discriminación y el machismo que atraviesa las competencias de ajedrez en la actualidad. Los torneos masculinos tienen premios diez veces mayores que los torneos exclusivamente femeninos. Así mismo, la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) otorga los títulos de Gran Maestro Absoluto (GM) a los jugadores que alcanzan cierto nivel de excelencia, mientras que a las mujeres se les otorga el título de Gran Maestra Femenina (WGM), una antesala y mención significativamente menor al título de Gran Maestro Absoluto otorgado a los hombres.
La discriminción es reforzada por políticos, gobernantes y otras figuras públicas. Durante una sesión del parlamento de la Unión Europea en marzo de 2017, el eurodiputado polaco de extrema derecha Janusz Korwin, declaró en plena sesión “¿Sabe usted cuántas mujeres hay en los primeros cien jugadores de ajedrez? Se lo diré: ninguna. Por supuesto que las mujeres deben ganar menos que los hombres porque son más débiles, más pequeñas, menos inteligentes”.
En la actualidad, la china Hou Yifan, cuatro veces campeona mundial femenina y la mujer más joven en la historia en ganar el título de Gran Maestro (GM), reiteradamente ha señalado que: “aunque ahora hay más participantes femeninas que hace décadas, todavía hay margen para animar a más chicas a que empiecen a jugar al ajedrez y competir”. Para Hou es necesario que se generen mayores oportunidades para que, desde edades tempranas, las jugadoras participen en torneos mixtos.
Aunque la participación de las mujeres en el ajedrez ha aumentado, aún es menor que la participación masculina, a lo que se suma la ausencia de condenas disciplinarias o sociales frente a las conductas y afirmaciones machistas, y la invisibilización de la historia y el legado de las protagonistas de este deporte universal.
Referencias:
Garcia, Leontxo. Fischer: “La inferioridad de la mujer es innata”. El país. 5 de octubre de 1992. Disponible en: https://elpais.com/diario/1992/10/06/deportes/718326001_850215.html. Fecha de acceso: 15 de enero de 2023.
Sánchez, Álvaro. “El eurodiputado Korwin-Mikke: “las mujeres eligen un marido más inteligente que ellas”. El país. 31 de marzo de 2017. Disponible en: https://elpais.com/internacional/2017/03/29/mundo_global/1490794756_414867.html. Fecha de acceso: 16 de enero de 2023.
Schumacher, Helene. Lo que podemos aprender de los prodigios femeninos del ajedrez, un deporte dominado por los hombres. BBC News Mundo. 20 de octubre de 2018. Disponible en: https://www.bbc.com/mundo/vert-cap-45580767. Fecha de acceso: 16 de enero de 2023.
Trujillo, Jimy. Gambito de Dama: Poniendo en evidencia las brechas de género en el ajedrez. Cátedra Libre. 5 de febrero de 2021. Disponible en: https://catedra-libre.com/2021/02/05/gambito-de-dama-poniendo-en-evidencia-las-brechas-de-genero-en-el-ajedrez/. Fecha de acceso: 16 de enero de 2023.